La semana pasada pudimos celebrar en el CAI de personas sin hogar de Alicante una vez más las jornadas de convivencia entre profesionales y usuarios, en ellas participaron de forma activa varias representantes de la Concejalía de Acción Social. Se aprovechó este espacio para trasladar la situación actual de las PSH en las calles de Alicante. Información que aparece publicada en el periódico Las Provincias y del que dejamos aquí un extracto.
En estos momentos viven en las calles de Alicante cerca
de 80 personas. Una mezcolanza de situaciones personales complejas,
adicciones, enfermedades, problemas o incluso elecciones personales les
han dejado sin hogar y la crisis económica apenas puede afectarles,
porque no tienen nada.
Nada excepto el tesón de los equipos sociales municipales
y de las ONG, que ponen a su disposición un abanico de recursos,
mermados estos sí en época de carestía económica, para mantener, en la
medida de lo posible, su salud y su dignidad.
La Concejalía de Acción Social cuenta con uno de estos
recursos dirigidos en exclusiva a ellos. Se trata del Centro de Acogida e
Inserción para Personas si Hogar, CAI, que en los nueve primeros meses
de 2011 ha atendido ya a 1.064 usuarios en distintos programas, lo que
da una idea de su importancia.
De ellos, 80 han sido atendidos a pie de calle por un
equipo social multidisciplinar, dado que rehusan acceder a otros
programas, pero aún así, se les sigue para comprobar que están sanos y
tienen las necesidades mínimas cubiertas.
Este centro, ubicado en la avenida Doctor Jiménez Díaz,
está estructurado en cuatro tipos de programas de atención integral que
tratan de apoyar la inserción sociolaboral de los usuarios en función de
cada caso particular.
Cuenta con 72 plazas de alojamiento y un servicio de comedor con 90 plazas, que se distribuyen según los distintos programas.
El de acogida es el más demandado, hasta el punto de que
ya ha atendido en 2011 a 831 personas. Cubre las necesidades básicas de
alojamiento, higiene y manutención durante tres días, sirviendo de
puente a la incorporación de usuario a programas específicos de larga
estancia.
Desde este programa, algunos usuarios que desean dejar la
calle y se comprometen a cumplir determinadas normas, pasan al de
inserción. En este campo, además de cubrir sus necesidades y ayudarles
en los problemas socio-sanitarios que puedan presentar, los
beneficiarios participan en programas de formación y se les ayuda a
buscar trabajo y vivienda. Este año, 132 personas participan en el
programa.
Pero en muchos de los casos atendidos en el CAI, los
usuarios tienen dificultades para someterse a unas normas y salir de la
calle. sobre todo aquellos que superan los 50 años, envejecidos por la
vida al raso, que son el 20% del total.
En estos casos, existe un programa de baja exigencia, que
ofrece servicios básicos para mantener su calidad de vida. Entre enero y
septiembre se asistió a 23 usuarios.
Además, existe un servicio de emergencia, que ejerce
funciones a la vez de asistencia y de prevención. Acoge a familias o
personas que carecen temporalmente de alojamiento. La mayoría, derivados
desde los equipos sociales de base, que son los responsables de valorar
la necesidad de este recurso. Los usuarios disponen de una residencia
temporal, hasta restablecer su situación, un servicio del que se han
valido 33 personas en 2011.
Calle a calle
La mayoría de los que llegan al CAI lo hacen después de
que trabaje con ellos el equipo de calle. Este grupo realiza seguimiento
semanal de personas sin hogar. Entre las prestaciones que ofrece se
incluyen servicios mínimos relacionados con la higiene y alimentación,
asistencia sanitaria básica o facilitar información sobre las opciones
que ofrece el CAI para su reinserción.
En 2011, este equipo estableció contacto por primera vez
con 46 personas sin hogar. Además, ha mantenido un seguimiento de otros
24 casos, ya contactados con anterioridad, que siguen en la calle.
Por último, el CAI dispone de prestaciones como ropero,
consigna y duchas, susceptibles de utilización por personas en
situación de exclusión, aún cuando no quieran incorporarse a ningún
programa de atención integral.
Estas prestaciones registraron entre enero y septiembre de 2011 8.787 atenciones.
En relación con años anteriores, la concejal de Acción
Social, Asunción Sánchez Zaplana, señala que se han producido «pocas
fluctuaciones» en el número de personas sin hogar, aunque este año se ha
reducido ligeramente el número global de asistencias. «Quizá la crisis
ha provocado que las estancias en el Programa de Integración se
prolonguen más en el tiempo y de ahí el descenso en el número de
atenciones. De todos modos, hasta que no finalice el año podemos hacer
un balance global del número de atenciones realizadas y analizar las
posibles causas», apunta la edil.
Respecto al grado de aceptación de la ayuda ofrecida,
Sánchez Zaplana asegura que es máximo. «on muy pocas las personas que
rehusan totalmente recibir ayuda y el seguimiento se realiza aún así por
parte del equipo de calle», indica.
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