Fabricados para no durar

Vía Aula Salud

Constantemente nos estamos preocupando por nuestra salud y por la de los que están a nuestro alrededor, ¿pero qué hay de la del planeta? Ya estamos otra vez con el tema del ecologismo, os diréis. Pues sí, nunca es suficiente para concienciar a todo el mundo de la necesidad de cuidar el medio ambiente. Pero para no repetir lo que ya se ha dicho mil veces hablaremos sobre un tema no muy conocido y aunque no nos demos cuenta, presente en nuestro día a día. ¿Tu móvil se estropea y apenas hace un año que lo tienes?, ¿La impresora se para un día de repente y te sale más barato comprar otra que repararla? ‘Comprar, tirar, comprar’ es un documental que trata sobre algo estrechamente relacionado: la obsolescencia programada. La obsolescencia programada es una teoría según la cual los productos se fabrican para que no duren y para que de esta manera el capital circule, base de una economía capitalista.

La obsolescencia programada es más que una teoría y hay hasta documentos que prueban su existencia. En 1911 se anunciaban bombillas con una duración certificada de 2500 horas pero en 1924 los principales fabricantes pactaron limitar su vida útil a 1000 horas para que las bombillas duraran menos y la gente en consumiera más. Es por eso que se dice que un artículo que no se desgasta es una tragedia para una empresa y que el término ‘ciclo de vida de un producto’ es realmente un eufemismo para designar la obsolescencia programada.

Y la obsolescencia programada junto con esta renovación constante de productos nos lleva obviamente a una economía del despilfarro, donde la necesidad de producir desgasta enormemente el medio ambiente y donde los productos ya inservibles van a menudo a parar a vertederos del tercer mundo.

Puede que la obsolescencia programada aporte grandes beneficios a las empresas a corto plazo, pero los productos obtenidos de su actividad no tienen en cuenta los costes externos que generan, como por ejemplo la contaminación y el derroche de energía, ya largo plazo su actividad no es en absoluto sostenible. Por el bien de tod@s, las empresas podrían pensar que si hacen productos con una vida más larga podrían reducir residuos, además de ahorrar grandes cantidades en energía (y todo lo que en ella se gastan) y de esta manera no destruir una Tierra que si desaparece, no habrá capital que valga.