Tigraan, 35 años de nacionalidad armenia y sin hogar, se encuentra con fiebre, tos y dolor torácico desde hace unos meses. Tras ingreso en urgencias de hospital se diagnostica de pneumonía y se procede al tratamiento farmacológico específico, solicitando además pruebas para detección de tuberculosis. A Tigraan no le gustan los hospitales, tiene miedo y decide solicitar el alta voluntaria y abandonar el tratamiento farmacológico.
Tras el alta voluntaria del paciente se recibieron las pruebas de esputo observándose que el paciente era bacilífero. Se inicia contacto con la unidad de Salud Pública de zona y el Centro de Inserción de Sin Hogar con el fin de localizar al usuario.
Tres meses después y con el equipo de intervención de calle se localizó a Tigraan el cual se encontraba con mal estado general y había usado como fómites : cigarrillos, cucharas,...
La erradicación total de la tuberculosis es difícil. Debería darse un fenómeno parecido al de la viruela en el que no está presente el virus en ningún país. La erradicación es un concepto ambicioso y lejano. En España, en los años 70, puede decirse que se erradicó no la enfermedad, sino el Plan Nacional de Erradicación (1965-1973) para luchar contra la tuberculosis. La cuestión se diluyó y otros problemas, entonces el del síndrome tóxico, acapararon la atención.
La erradicación representa un desafío de difícil cumplimiento porque un tercio de la población del planeta está infectada por Mycobacterium tuberculosis, según estima la OMS. Cuando una persona que resulta ser tuberculin-negativa, según la prueba correspondiente, es infectada por el bacilo, al cabo de dos meses se convierte en tuberculin-positiva y presenta un riesgo de un 5% de sufrir tuberculosis en el primer año, mas un 5% adicional el resto de su vida. Los niños tuberculin-positivos podrían desarrollar TBC en algún momento de su vida.
La erradicación es, pues, hoy por hoy, lo más parecido a una utopía, y deberán transcurrir varias generaciones para llegar a conseguirla. La OMS ha introducido otro término, el de la eliminación, que significa que se registra menos de una tuberculosis contagiosa -lo que se denomina un bacilífero infectante- por cada millón de habitantes.
La erradicación representa un desafío de difícil cumplimiento porque un tercio de la población del planeta está infectada por Mycobacterium tuberculosis, según estima la OMS. Cuando una persona que resulta ser tuberculin-negativa, según la prueba correspondiente, es infectada por el bacilo, al cabo de dos meses se convierte en tuberculin-positiva y presenta un riesgo de un 5% de sufrir tuberculosis en el primer año, mas un 5% adicional el resto de su vida. Los niños tuberculin-positivos podrían desarrollar TBC en algún momento de su vida.
La erradicación es, pues, hoy por hoy, lo más parecido a una utopía, y deberán transcurrir varias generaciones para llegar a conseguirla. La OMS ha introducido otro término, el de la eliminación, que significa que se registra menos de una tuberculosis contagiosa -lo que se denomina un bacilífero infectante- por cada millón de habitantes.
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