Casi el 60 por ciento de los mayores con demencia que ingresa en una residencia no ha sido diagnosticado previamente. Así se desprende de un estudio sobre la prevalencia del deterioro cognitivo no diagnosticado en residencias de mayores y los factores relacionados presentado por la geriatra Inmaculada Rodríguez y la psicóloga Laura Espantaleón en el Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología de Bilbao. El objetivo de este trabajo es, además de conocer esta prevalencia, calcular el porcentaje de residentes deteriorados diagnosticados y no diagnosticados y diferencias intergrupales, así como determinar los factores relacionados con la falta de diagnóstico y tratamiento.
Para ello se ha llevado a cabo un estudio retrospectivo de los ancianos ingresados en la residencia Amma Valdebernardo a partir de las características sociodemográficas, antecedentes personales médicos y psiquiátricos y tratamiento farmacológico al ingreso. Se realizó también valoración de la situación funcional y cognitiva, así como de la sintomatología depresiva y conductual.
El 59,91 por ciento de los participantes presentaba deterioro cognitivo en el momento del ingreso en la residencia. Se compararon dos grupos: residentes diagnosticados de demencia al ingreso y residentes no diagnosticados que, sin embargo, presentaban deterioro cognitivo de acuerdo con la valoración realizada al entrar en el centro. En el estudio se observó que uno de cada tres residentes llegaron al centro sin diagnosticar (35,16 por ciento) y que una de cada tres personas diagnosticadas de demencia no tomaba ningún tratamiento específico para la misma (36,81 por ciento).
Se determinó igualmente que los factores que parecen estar relacionados con la falta de diagnóstico son: tener una edad más avanzada, no estar casado, proceder de su domicilio y principalmente vivir solo, ser analfabeto o tener pocos estudios, no tener antecedentes familiares de demencia, tener más antecedentes médicos, tomar menos fármacos en general y precisar menos ansiolíticos, antidepresivos y neurolépticos, presentar menos vagabundeo y menos mutismo y tener menor grado de deterioro cognitivo.
De los anteriores datos se desprenden cifras reveladoras, qué refuerzan la problemática que rodea al anciano con esta patología aumentando su vulnerabilidad.
Las situaciones más frecuentes en este colectivo que limita el diagnóstico y la inclusión en recursos de apoyo son:
- El aislamiento y la soledad o en su defecto acompañante con similar incapacidad.
- Abuso en el anciano.
- Abandono o semiabandono.
- La rotación de la vivienda con sus hijos que aumenta el deterioro.
- La ausencia de la figura del cuidador y la falta de formación y apoyo del cuidador si existe.
- Paciente medicalizado.
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