Ralf era un señor alemán que llevaba habitando las calles de Alicante desde hacía varios meses, el nivel de deterioro que presentaba en el ámbito de la salud y la imagen llegaba afectar no sólo a la persona, sino el estado de salubridad del lugar donde habitaba, generando un problema de salud pública. Presentaba úlceras en los pies, los cuales llevaba cubiertos con bolsas de plástico con órin y moscas acompañando tal festival visual. La conducta del señor desde un principio desorganizada, así como la parafernalia y batiburrillo de objetos sin relación alguna entre ellos que llevaba, evidenciaban, sin tener que ser un gran psiquiatra, que algo sucedía dentro de la mente del señor.
Precisamos de varios meses de trabajo, tocando la puerta de urgencias donde el diagnóstico siempre era que el señor sólo tenía un problema social, y que la persona no tenía ningún problema de salud mental, llegando a tildar al señor de ser un simulador (¿.....?).
El contacto con la embajada alemana nos trasladó que el señor estaba tutelado por dicho país por un problema de salud mental desde hacía años. Pero, ni aún por esas, los servicios de salud se dignaron a trabajar con esta persona. Varios meses de trabajo del equipo de calle a nivel social, sanitario incluso judicial conseguimos que la unidad instaurara un tratamiento empírico (pero no porque creyeran que el señor padeciera algo). No pensaban que introducir trozos de papel en un enchufe, lanzarse a los coches o acosar a las personas fueran conductas anormales.
Finalmente una semana despues del tratamiento antipsicótico que llevaba meses de retraso,Ralf mejoró: empezó a hablar castellano con un discurso coherente, a no tener conductas desorganizadas, solicitó volver a su casa.
Finalmente volvió a su país no sin antes darnos un sincero agradecimiento.
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